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miércoles, 28 de diciembre de 2011

A diez años del “que se vayan todos”

reproducimos el texto de anàlisis de Luis Mattini

Diez años “de kirchnerismo”)

Por Luis Mattini
para La Fogata


“Yo, por el contrario, demuestro como la lucha de clases creó en Francia las condiciones que permitieron a un personaje mediocre y grotesco representar el papel de héroe”

(Karl Marx “El dieciocho brumario de Luis Bonaparte”)



Por más racionales que seamos no podemos evitar cierto placer con los contactos mágicos de los tiempos. ¿Qué son sino los aniversarios, más aún cuando estos suman cifras redondas? Lo confieso, padezco parte de ese fetiche. Durante décadas nunca olvidé el 7 de noviembre de 1917 o el 24 de junio de 1935. La primera, ya fue, quedó olvidada en la historia; la segunda indica el 24 de junio se cumplen 76 años de la muerte de aquel que cada día canta mejor.

Ahora se cumple una década de los sucesos del 19 y 20 de diciembre de 2001. Aquella noche que fuimos miles de personas del brazo marchando por la Avenida de Mayo convocados, no se sabe por quién, y al llegar a la plaza histórica, el grito unánime fue que al Estado de Sitio se lo metan en el culo…

Hay que detenerse en este no pequeño detalle. El detonante tuvo que ver con un sentimiento de libertad, por más que su fondo se encontraba en las penurias económicas. Luego gritamos que se vaya el Ministro de Economía, quien en efecto, renunció, pero lejos de conformarnos con eso, el grito siguiente fue “Que se vaya De la Rua” y al poco tiempo el helicóptero presidencial evacuaba al ex presidente de La Rosada. La multitud se quedó alborozada mirando como ese pájaro de hierro se llevaba al presidente más intrascendente de la historia nacional…entonces alguien gritó “Que se vayan todos” y la multitud se hizo eco de inmediato. Yo era parte de esa multitud y también me hice eco, intuí que tenía un significado inesperado.

Si, en efecto, yo, viejo dirigente confeso marxista leninista, que trabajé intensamente largos años para la construcción del partido revolucionario al modelo bolchevique, el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), el único partido en la historia nacional que se propuso en serio tomar el poder, partido que, confirmando el aserto del Che, pagó con la vida tal intento. Lo fui hasta aquel momento; pero ahora no, ahora yo ya no era siquiera militante, ahora era un sobreviviente, era multitud.-

Entonces se lanzó una represión imposible de justificar contra miles de personas que demostraban pacíficamente, con niños, ancianos, inválidos y a hasta sus perritos. Sin embargo, parte de esa multitud se reagrupó varias veces negándose a abandonar la Plaza. Otro no pequeño detalle que no he visto suficientemente valorado: La gran cuestionada juventud salió a la calle. No los ordenados y uniformados militantes de izquierda con banderas más grandes que sus columnas. Estos eran los motoqueros y cientos de jóvenes, laburantes de oficios varios, estudiantes con dificultades, desocupados, cuyo enemigo principal es la policía. Eran los seguidores de los Redonditos de Ricota y también fulboleros que lanzaron batallas campales a las que se sumaron además insospechados ciudadanos de las más diversas ideologías que se sacaron el gusto de romper el vidrio de algún banco. Así se sucedieron y cayeron cuatro presidentes

Desde luego, en medio del río revuelto hubo provocaciones, manejo de internas, un intento de diversionismo que por momentos pareció enloquecer a la población del Gran Buenos Aires y muchas cosas más, pero no lograron alterar la esencia de esta poblada.

No hubo convocantes sino autoconvocatoria

No hubo "vanguardia" predeterminada ni permanente pero existieron elementos que iban a la vanguardia.

No se oyó la palabra "estrategia", porque no había estrategia.

No se admitió otra bandera que no fuera la Nacional

No estaban presentes las corporaciones, llamados comúnmente sindicatos.

Eran miles de personas en las calles que no podían ser definidas con las categorías clásicas. La palabra "multitud" sería la más apropiada para diferenciarla de "masa" (despolitizada) o incluso de "pueblo". (Palabra de tanto prestigio, tan abusada y de insospechado cuño burgués, en este caso politizada, si, pero en una dirección de proyecto común, bloque histórico. Recuérdese que fue la burguesía la creadora del gobierno del pueblo ) ¿O no recuerda que en mayo de 1810 se corría por aquel Buenos Aires la expresión: “El pueblo quiere saber que se trata”. La burguesía fue también la creadora del concepto de representatividad y por tanto, de acuerdo a la Constitución Nacional, el pueblo ni delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes. ¡Ah!! Y como si esto fuera poco convincente, los Estados socialistas que supimos construir, Cuba, La URSS, China, etc., copiaron al pie de la letra el modelo burgués.

Por eso es que, en cambio multitud expresaría lo multifacético, la unidad de lo diverso, politizado en el sentido de devolver la política a sus fuentes naturales, la que había sido expropiada por la profesionalización de la política, atrapada por el estado economicista.

Esos días de diciembre alguna gente militante creyó estar frente a una situación revolucionaria, pero no tuvieron en cuenta que las categorías que ellos manejaban, como las que manejábamos nosotros incluso, fueron elaboradas en la era de las revoluciones burguesas, en la constitución de los estados nacionales y no en vano el modelo universal fue la Revolución Francesa.

Pero hoy vivimos la llamada globalización, expresión de un capitalismo ahora en pleno desarrollo y, paradójicamente, en inevitable aunque largo camino a la decadencia. La sociedad atravesaba y atraviesa una plena crisis de representatividad. Lo dijimos y le repetimos; crisis de representatividad, no significa crisis de representantes.

Por eso esta crisis no la padecen sólo los partidos políticos de derecha: alcanza de lleno a los de izquierda pasando por el centro y a todas las formas institucionales que habían sido creadas como reflejo de la racionalidad de la sociedad industrial.(El sindicato se organizó como espejo invertido de la fábrica, con sus divisiones del trabajo sus jerarquías, su disciplina, etc.) En realidad todas las formas de organización actuales, incluso la del partido revolucionario, son un reflejo de la sociedad burguesa y la que está en crisis es esa sociedad. Por eso el “que se vayan todos” nos alcanzaba a todos.

Fue así como yo allí me sentí parte de la multitud, porque fui uno de esos “todos” que tenían que irse. Sólo que yo ya me había “ido” hacia un tiempo. Yo había renunciado cuando hube sentido que ya no podía “representar”, o sea ya no era apto. Es bueno recordar que la idea que el militante o el dirigente no debe renunciar, es un odioso contrabando introducido por Stalin en el marxismo a raíz de un momento de necesidad de la joven Revolución Rusa y muy repetido por el macartismo más burdo, que advertía siempre como un cuco, que quien entraba al partido comunista no podía salir sino muerto. La mayoría de los marxistas compraron semejante contrabando stalinista sin saber, o sin recordar , con terca amnesia, que Rosa Luxemburgo, dirigente del spartaquismo alemán, del cual yo soy discípulo indirecto, advirtió con tremenda y premonitoria angustia “Por favor, no hagan de la necesidad virtud” Se refería a la necesidades inmediatas del poder rojo de cercenar las libertades. El partido, por el contrario, es una libre asociación democrática y, por principio, una persona puede permanecer o irse, si ser cuestionada su moral. La resultante de esa estafa ideológica creada por el stalinismo son los secretarios generales, presidentes, o dirigentes transformados en vitalicios, quienes, como Fidel, o Perón, lejos de demostrar la fortaleza del movimiento, muestran su decadencia y debilidad, pues a la larga su gestión se burocratiza, o sea se estanca y además suelen no dejar reemplazos.

La gente, digo la multitud, se hartó no solo de los gobernantes, sino también de Altamiras, de los Echegaray o de las Carrió, que se van a jubilar de candidatos a presidentes de partidos “proletarios”, o pequeño burgueses, se asqueó de dirigentes sindicales eternos, de conductores de cooperativas vitalicios, o sea de representantes a los que pusieron en crisis la crisis de representatividad: la multitud no quiso ser más representada sino estar presente, y así durante meses copó las calles y las plazas al grito de “que se vayan todos” Y los necios de la izquierda en vez de irse, para dejar lugar a lo nuevo, vinieron más todavía, vinieron a hacerse cargo de las asambleas y todo ese, según ellos, “pernicioso” espontaneísmo, muchos convencidos de que había llegado la hora de ponerse al frente de las masas en acción.

La burguesía, en cambio, vio clara la crisis de representatividad, comprendió más rápido que toda esa manga de pretenciosos intelectuales que monopolizan el conocimiento y calientan sillas en la Universidades o ahora en la Biblioteca Nacional, la burguesía, digo, vio claro que esas consignas indicaban un estado de rebeldía que solo podía explicarse como el agotamiento de un modelo de dominación, específicamente expreso en la Constitución Nacional “El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes” O sea el pueblo pretendía deliberar y gobernar en forma directa.

Por eso fue que, ni lenta ni perezosa, como corresponde a una clase consciente de su papel, o sea una clase para sí, la burguesía se abocó – en medio de sus luchas internas, claro está - a restablecer la gobernabilidad, enmascarando la construcción de otro modo de dominación. Así, después de varios avatares internos se impuso el actual llamado kirchnerismo, una especie de bonapartismo venido a menos, que supo adecuarse a las circunstancias y crear un modo de dominación política, no basado en la representatividad sino en la contención social. Para ello contó, y supo administrar muy bien, con un periodo de excepcional bonanza económica dada por el modelo productivo impuesto por el menemismo.

¿Y que quedó del “que se vayan todos”? o quizás podríamos preguntarnos ¿Qué cambió? Pues, sin calificarlo podemos afirmar que la gente, la multitud, hoy no se siente representada aunque vaya a votar masivamente. Puede sentirse gobernada, bien o mal, según los intereses, pero no representada. La ausencia de una oposición digna de llamarse así, es su reflejo más evidente. Y, sobre todo, pongamos las barbas en remojo, por favor y pensemos…todas las identidades políticas quedaron debilitados o en vías de desaparecer, pero la consecuencia mayor fue para la llamada “izquierda” que sufrió la peor de las derrotas de la historia; literalmente fue diezmada. Pero no cayó en combate: fue comprada, seducida y asimilada por el gobierno. El triste papel del PO rogando unos votos para poner un diputado en el Congreso, mientras decenas de zurdos ocupan cargos políticos en el Estado, es la más lastimosa de las evidencias.

Es así como podemos afirmar que ni los que simpatizan con el gobierno, ni quienes están en contra se sienten representados. De modo que lo único novedoso respecto a 2001 es el agotamiento, posiblemente definitivo del sistema representativo, y su reemplazo temporario por este modelo contenedor. Y digo temporario, porque el modelo contenedor se basa en una determinada situación económica. Por ejemplo en Chile ya parece no andar. Y por aquí ya se vislumbran fuertes resquebrajamientos que se inició con la quita a los subsidios estatales

Si la representación está en crisis ¿Caeremos en la trampa de buscar nuevas formas representativas o nos atreveremos de una vez por todas a imaginarnos un sistema sin representación? No se trata de la democracia directa en abstracto, difícil de implementar en el estado nacional, sino de repensar el propio criterio de delegación en la propia praxis de búsqueda de nuevas formas de relaciones sociales. Es evidente que no tenemos respuesta teórica, pero al mismo tiempo es llamativo que nos encontremos en el mismo punto al que habían llegado Marx y Engels cuando analizaban el derrumbe del sistema de Hegel y la crisis de la filosofía clásica alemana. Empezaron a pergeñar el período de transición de dictadura del proletariado para desarrollar la imaginación hacia la gemenweiser , la comuna, como hipótesis de las formas sociales poscapitalistas. Es verdad, que el resultado final de la posterior puesta en práctica por Lenin de la hipótesis de la necesidad del periodo de transición resultó una catástrofe que le dio la razón al anarquismo… sería criminal insistir por ese lado…pero queda en pie de prueba la tesis de la gemenweiser .

Deberíamos recordar que nunca se pensó el socialismo dentro del estado nacional y, por el contrario, la paulatina extinción del estado. Sea como fuere, los fundadores del marxismo analizaron exactamente hasta allí donde daban los hechos del movimiento social. El futuro era imaginación.

Por eso es que para los que creemos que la historia la hacemos los hombres y no Dios ni un abstracto determinismo, creo que se abre la oportunidad de ver a fondo esta crisis de representatividad, que hace que la política ya no está ni el comité, ni en la célula del partido, ni el Parlamento, casi diría que ni en el gobierno, sino que está en otra parte. El gobierno administra, gestiona, mejor o peor, una política que viene de otro lado. Buscar de donde viene, buscar dónde está y encontrarla parece ser la tarea del día si pretendemos recoger lo mejor de la herencia de Guevara.

FUENTE:LAFOGATA.ORG

miércoles, 21 de diciembre de 2011

¿Es necesaria la ley antiterrorista?

Adolfo Pérez Esquivel
Noticias Urbanas




El gobierno apura la sanción de leyes después de volver a asumir un nuevo mandato. La urgencia con que aprobó la ley anti-terrorista y anti- democrática tiene que ver con las imposiciones de los EE.UU. y el GAFI para asegurar sus inversiones financieras y el control de los movimientos sociales, indígenas, campesinos, trabajadores y estudiantiles.

El proyecto de ley adolece de claridad y puede ser usado para impedir los reclamos sociales. Me parece semejante a las leyes de impunidad durante el gobierno de Alfonsín, de “punto final y obediencia debida” que votaron los legisladores sin pestañear.

Hoy volvemos a los mismos vicios y con un gobierno con mayoría absoluta parlamentaria que van a votar con “obediencia ciega”.

En el proyecto de ley no se dice una palabra sobre el “terrorismo económico”.

No clarifica quien o quienes son terroristas, cuales son los parámetros para determinar los que atentan contra la seguridad del pueblo.

Si se aprueba la ley, pueden ser acusados los indígenas que luchan por su derecho a sus territorios. Los obreros cuando reclamen sus derechos laborales, es decir es una ley que viola los derechos humanos de la persona y los pueblos.

La pregunta fundamental es ¿por qué tanto apuro sin consultar a las organizaciones sociales y a juristas para evaluar la conveniencia de esta ley más anti-terrorista?

Se han sancionado tres leyes antiterroristas, ¿hasta cuando?

El país vivió actos terroristas de diversos tipos, terrorismo de Estado, las dictaduras militares; los graves ataques terroristas a la AMIA y a la Embajada de Israel, el terrorismo económico del 2001 y 2002, que postraron y saquearon el país con total impunidad.

Creemos que, más que aprobar leyes antidemocráticas, es necesario aplicar las leyes vigentes, fortalecer la seguridad de la población y capacitar adecuadamente a las fuerzas de seguridad y su formación, como disponer del equipamiento necesario.

En síntesis, generar medidas preventivas y no aplicar medidas represivas.

Hay una tendencia cada vez mayor, incluso en países como EEUU y Europa de ir restringiendo los derechos civiles y aplicando el control social y punitivo.

Los mecanismos impuestos son el miedo; en nombre de la seguridad se restringe la seguridad ciudadana. Es necesario estar alerta frente al avasallamiento de la libertad de los pueblos y que no nos arrastren a los totalitarismos.

Adolfo Pérez Esquivel. Premio Nobel de la Paz
FUENTE:

lunes, 12 de diciembre de 2011

JUAN CASTELLANOS, GUERRILLERO EN CUBA CON EL CHE Y EN ARGENTINA CON MASETTI



“Si el Che llegaba a la Argentina, o nos mataban o hacíamos una gran revolución aquí”
Castellanos combatió en Cuba con el Che, quien lo incorporó a su proyecto latinoamericano. Integró la guerrilla de Masetti en Salta, donde cayó prisionero como ciudadano peruano. Tras 47 años regresó de visita a la Argentina.

Por Adrián Pérez




–¿Qué recuerdos tiene de su infancia en Cuba?

–Mi papá era peón agrícola; apenas ganaba para comer. Mi mamá era ama de casa; lavaba y planchaba para la calle, “despalillaba” tabaco y hacía el dulce de leche que yo vendía a los ocho años. Todos los días comíamos “sota, caballo y rey”. Eramos cinco hermanos, y aunque sólo los dos más chicos íbamos a la escuela pública, ella no podía comprarnos el uniforme. Un día me dijo: “No quiero que tu hermana sea prostituta ni criada”. A los 11 años tuve que dejar de estudiar, pero me gradué en la universidad de la calle. Fui comerciante y cuentapropista hasta que me fui para la Sierra Maestra.

–¿Qué fue lo que cambió en usted al leer “La Historia me absolverá”, texto donde Fidel Castro emprende su propia defensa mientras es juzgado por el asalto al cuartel Moncada?

–La Guardia Rural y la policía les pegaban a los trabajadores y a los campesinos. Nunca me gustaron las injusticias, aunque en realidad era un analfabeto político. Pero el asalto de Fidel al Moncada me golpeó. En ese histórico alegato Fidel hizo un recuento de lo que sucedía en Cuba. Y me metí de lleno en el Movimiento 26 de Julio.

–¿Cómo llegó a reunirse con el M-26?

–Viviendo en Camagüey me fui por mi cuenta a la sierra. Pero cuando llegué me viraron para atrás porque no llevaba armas. Entonces regresé a buscar dos fusiles 22. Cuando iba a subir me mandaron para Santiago de Cuba, donde estuve en la clandestinidad hasta el 2 de febrero de 1958. Como premio por unos trabajos que hice en una habitación secreta y soterrada donde se guardaban las armas, me mandaron para la Sierra Maestra, donde estaban las tropas de Fidel. Ahí conocí al Che.

–Aunque se había encontrado con el hombre que acompañaría en la victoria, la primera impresión del Che lo decepcionó.

–En Cuba conocíamos a Hugo del Carril, Carlos Gardel o Luis Sandrini, porteños que en las películas decían: “¿De qué te la das?”. Esa era la impresión que teníamos de los argentinos.

–¿No encajaba en esa imagen? ¿Qué pensó al verlo?

–¿Cómo era posible que hablara pausado y bajito cuando los argentinos lo hacían fuerte y claro? Además, era delgadito. Aunque lo hacía más alto, teníamos la misma estatura. Tuvimos varios choques, porque, cuando creo tener la razón, no me callo. Pero él sabía escuchar. Me dejaba protestar, y cuando no convenía lo que uno pensaba, me decía “cállate”.

–Más allá de las jerarquías (y los choques) trabaron una profunda amistad.

—(Alberto) Granados pensaba que yo era uno de los cubanos que más lo habían interpretado como persona. Parece que el Che vio en mí alguna madera. Aunque trabajaba, me gustaba el ron, era mujeriego y jugador. Cuando lo conocí dejé todas esas cosas, menos las mujeres y el ron (risas).

–¿Cómo comenzó en la guerrilla?

–Pertenecía a una escuadra que más tarde pasó a ser la columna invasora del Che. Las fuerzas de Batista habían comenzado una gran ofensiva con diez mil efectivos. Nosotros seríamos 300. El problema de la guerrilla no es combatir sino sobreponerse al frío, al hambre, a las largas caminatas, al peso de las mochilas. Si uno era cobardón, cuando empezaban los tiros se te quitaba el miedo.

–En cierta ocasión, el Che lo castigó por abandonar su escuadra sin permiso.

–“¿Qué hacés acá? ¡Mandé a tu escuadra a una misión y vos estás aquí!”, me dijo. Esperó a que regresaran mis compañeros y me hizo un juicio. De la Sierra Maestra salí desarmado y como enfermero, porque sabía aplicar inyecciones. Le pregunté: “¿Che, usted cree que pueda ganarme nuevamente el fusil?”. Yo no había ido a la Sierra a cargar mochilas, lo haría si volvía a ganarme el fusil. Entonces dijo: “Quédate ahí que sos útil”. Y ahí me quedé. Empecé de chofer del Che en Cabaiguán. En Santa Clara me puso como jefe de la Comandancia. Camilo (Cienfuegos) estaba atacando Yaguajay. Regresábamos de allí cuando el Che me preguntó: “Si quedás vivo, ¿qué pensás hacer?”. “Irme para el carajo porque no me gusta que me manden tanto”, contesté. Pero me la guardó.

–¿Por qué dice que “se la guardó”?

–Cuando terminó la guerra, vivíamos con el Che en La Habana, en la misma casa. Un día me dice: “¡Por fin te vas para el carajo!”. “Si usted cree que soy útil me quedo, si no, me voy”, respondí. Como no contestó, me quedé.

–¿Recuerda el día que entraron a La Habana?

–La escolta del Che éramos (Harry Villegas Tamayo) “Pombo”, sobreviviente de Bolivia; Hermes Peña, que murió en Salta; (Jorge) Argudín, quien actualmente está en La Habana; y yo. Nos acompañaba Aleida (March). Llegamos en un Chevrolet que tomamos a los servicios de inteligencia de Santa Clara. Durante el viaje a La Habana el Che nos había nombrado jefes de escuadra. A Villegas lo puso de jefe de pelotón (el jefe de escuadra era primer teniente, el de pelotón era capitán y el de columna era comandante: los tres grados militares que había en la guerrilla). No nos advirtió que ya éramos oficiales.

–¿Y cómo tomaron la ciudad?

–Aunque Batista se había ido, el 1º de enero combatimos en Santa Clara. Fidel había hablado con el Che para que le avisara a Camilo que se adelantara a tomar Columbia (N. d. R: Fulgencio Batista residía en esa ciudad y desde allí escapó hacia República Dominicana en avión). Al Che le dijo que fuera a tomar La Cabaña, segunda fortaleza en importancia de la capital. Camilo entró a la ciudad en la madrugada del 2 de enero y nosotros en la madrugada del 3. El 8 llega Fidel a Columbia (hoy ciudad Libertad), que ya había caído. Así fue como nos apoderamos de La Habana.

–¿La visita a Tropicana existió realmente o fue parte de un cuento que el mito de la Revolución Cubana echó a rodar?

–Yo fui el de la idea de visitar Tropicana. Cuando el Che se dormía, le robaba el carro y nos íbamos al cabaret. A Pombo y a mí nos metió cinco días presos por robarnos el carro. A Hermes y a Argudín tres. Un día le pregunté a Pombo por qué nos metía cinco días, y a los otros, tres. “¡Mira que sos bruto, Alberto! Tú y yo tenemos séptimo grado y somos del pueblo. Ellos son semianalfabetos y de la Sierra Maestra”, respondió.

–Luego el Che le dio a usted una casa en La Cabaña, donde se celebró una boda.

–Me preguntó si podía casarse allí. Le dije que cómo no iba a poder hacerlo si me había asignado la casa. En la boda estaban Raúl (Castro), Fidel y Camilo y todos los comandantes que viajaron en el “Granma”. Yo era primer teniente, nada más. Me llaman a la hora de firmar; estaba por fuera del grupo. El Che había elegido como testigos del casamiento a Fidel, Raúl y a mí.

–Por lo que comenta, fue una reunión íntima. ¿Cómo fue la ceremonia?

–Muy sencilla. Me quedé con todo lo que sobró (risas). Una vez, registrando una casa, encontré dos cajas de sidra. A Aleida, que iba con nosotros, le digo: “Vamos a hacer un negocio. Agarro una caja, porque me voy a casar, y te guardo otra para cuando tú te cases”. El día de la ceremonia Camilo me preguntó qué tenía para la boda. “Una caja de sidra que me robé, si el Che se entera caigo preso”, dije (risas). Camilo pidió a los otros comandantes que llevaran cerveza. La fiesta se celebró con esas bebidas y una torta.

–¿Qué tareas desempeñó cuando la Revolución empezaba a consolidarse?

–El Che comenzó a dirigir el Banco Nacional y tuvo que dedicarse más a la burocracia que a la acción. Lo único que hacía yo era joder. Un día le dije: “Doy la vida por usted, pero estar todo el día aquí sentado no me gusta”. Le conté que había sido comerciante y le pedí que me pusiera en una fábrica. Terminé como administrador de la Fábrica Cubana de Tejido. Luego me envió a estudiar a la Escuela de Administradores del Ministerio de Industria, que él había creado. En el ’62, estando en la escuela, le cuento a Villegas que iba a ver al Che porque me parecía que se iba. Villegas me dice: “Le avisas que también me voy”. Le pregunté al Che: “¿Cuándo se va?”. “¿Por qué me preguntás eso?”, quiso saber. Insistí: “Hermes está desaparecido y usted es el único que sabe dónde está. Vengo a decirle que me voy con usted a cualquier lado”. “Vamos a tenerlo en cuenta”, contestó.

–Cumplió con su palabra cuando lo mandó a llamar un año más tarde.

–En agosto del ’63 estaba de guardia en la Escuela de Oficiales de Matanza. Era domingo. A las doce de la noche llegó un telefonema. Tenía que ver al Che en el Ministerio de Industria. “¡Coño, si no me he emborrachado el fin de semana ni me he escapado con nadie! ¿Para qué carajo me manda a buscar?”, pensé. Llegué asustado. Le pregunté a (José Manuel) Manresa, jefe de despacho, si había algún problema. “Que yo sepa, ninguno”, dijo. Lo primero que me preguntó al entrar fue: “¿Recordás hace un tiempo lo que me prometiste? Recordá”, insistió. Enseguida le pregunté cuándo nos íbamos; me cortó diciendo: “Párate, que son veinte años peleando y vos estás recién casado y embollado (enamorado)”. Al rato lo convencí y me indicó: “Vas a ir a un lugar y vas a encontrar gente conocida. No te vayas a disfrazar de indio porque no lo sos. Inventa un cuento bastante verosímil para que te le pierdas un tiempo a la familia y no estén jodiendo por aquí. Y vas a ser el jefe hasta que llegue”. Me adelantó que Villegas no me acompañaría porque adonde iba no había negros. En el entrenamiento tuve que imitar la firma del pasaporte de Raúl Dávila Sueyro, un muchacho peruano que estaba estudiando en Cuba.

–¿Qué itinerario siguió hasta llegar a Argentina?

–Viajé hasta Praga donde agarré el pasaporte de Dávila. Luego fui a Roma, Lisboa, Dakar, Río de Janeiro, San Pablo, Curumbá, Santa Cruz de La Sierra, La Paz y Cochabamba. En Tarija contacté a (Jorge Ricardo) Masetti, a quien conocía de La Habana. El y Hermes eran los únicos que sabían quién era yo. Aunque fui segundo jefe y jefe de la escolta, me incorporé al EGP (Ejército Guerrillero del Pueblo) como aspirante a combatiente. Mi misión era esperar al Che en Bolivia. El venía en el ’63 para pasar a Argentina.

–¿Cree que hubo un exceso de confianza en el desembarco del EGP en Salta?

–Cometimos el error de mantenernos siempre en una zona. Eso le permitió a la Gendarmería detectarnos y prácticamente aniquilarnos. Reconocíamos el terreno y hacíamos cuevas para guardar alimentos. Sabíamos que una vez que comenzáramos a operar, íbamos a tener que andar escondiéndonos y huyendo hasta que pudiéramos dominar un territorio libre, para conectarnos con la retaguardia.

–Pero fueron detenidos sin poder afianzarse del todo en una zona determinada.

–Esperábamos a un grupo de compañeros cuando Henry Lerner me dice: “Vamos a La Toma”. Enrique Bollini manejaba el rastrojero. Al salir de unos árboles, en el camino chocamos con una patrulla que iba de civil. “Me jodí”, pensé. Querían saber dónde estaban los demás. Les explicamos que andábamos solos, cazando. El río estaba crecido. “Nos van a fusilar”, le dije a Henry. Nos ordenaron que nos sentáramos. Cuando observé que nos iban a montar en los camiones, le pedí a Henry una dirección en Córdoba que no comprometiera a nadie. “Sol de Mayo 125”, susurró. Nunca lo anoté. Eso fue el 4 de marzo de 1964, sobre las seis y media de la tarde.

–¿Sólo con esa dirección justificó su presencia en Argentina?

–Cada vez que me daban una paliza, daba una nacionalidad distinta. Primero era español, después mexicano, hasta que dije que era peruano. Les di la dirección de Córdoba, donde funcionaba un albergue de estudiantes universitarios. Con el nombre que di Interpol confirmó la existencia de Raúl Moisés Dávila Sueyro.

–En el penal de Villa Las Rosas, usted protagonizó una huelga de hambre porque fue encarcelado sin haber sido acusado de ningún delito.

–El fiscal Alberto Velarde no quería acusarnos y le metimos una huelga de hambre de ocho días. (Arturo Humberto) Illia estaba de presidente. La prensa comenzaba a hablar de los guerrilleros en huelga de hambre. Hasta que Velarde nos acusó. El general (Julio Argentino) Alsogaray nos entrevistó y nos dijo: “Ustedes se salvaron porque el jefe del Regimiento los presentó ante la prensa”. Al llegar a Orán, el jefe del Regimiento llamó a los periodistas. Fotografiaron a (Oscar) del Hoyo, a Fernando (Alvarez), que acaba de incorporarse, a dos “pungas” que nos infiltraron, y a mí. Uno de los prisioneros era Federico Frontini, hijo de un abogado y periodista de Buenos Aires. Henry Lerner era hijo de un comerciante de Cosquín. Uno de los muchachos infiltrados dijo: “Les presento al primer cubano”. “Yo no soy cubano, soy latinoamericano”, me salió.

–Habrá pensado que había llegado al final.

–En los interrogatorios me enseñaron una foto de Fidel, me preguntaron si lo conocía. Dije que no. Después me enseñaron una foto del Che. “No lo conozco, sé que es el Che Guevara pero nunca lo he visto.” Así me mantuve siempre. Hubiera sido un buen boxeador. Mira que me pegaban y no me tiraban al piso. Salí fortalecido porque a golpes no hablo. Me podrían haber ofrecido dinero para que los traicionara pero no tengo precio. Son momentos en los que se prueban las bases de los principios; te das cuenta de que eres capaz de morir por una idea.

–¿Cuándo supo que Hermes Peña había muerto?

–Me dan una paliza grande. Al amanecer me llevan ante su cadáver y me obligan a meterlo en el cajón. Tenía el brazo izquierdo completamente partido. Cuando lo levanté estaba rígido. Su cuerpo estaba acribillado a balazos pero no se veían las heridas por la ropa que llevaba puesta. Cuando leí la noticia sobre el asesinato del Che en El Tribuno de Salta, no lo podía creer.

–Con motivo de su muerte se publicaron fotos de la boda del Che donde usted estaba.

–Un preso salteño me reconoció en una foto donde estaba con barba y uniforme: “Este sos vos”, dijo. Yo estaba cagado. “Si fuera ese tipo, el alcalde tendría que pedirme audiencia”, contesté. Al tipo le decían “el Indio”; se calló la boca. Lo recordé en la entrevista que me hicieron en Salta (N. d. R: durante el rodaje de Alberto Castellanos, la vanguardia del Che en Orán). Si está vivo, sabe que lo estoy mentando y reconociendo que no me delató.

–Finalmente, lo liberaron el 14 de diciembre de 1968.

–Salí en libertad condicional a las dos de la tarde. Me llevaron a la policía, a Inmigración. Querían deportarme a Perú. Como no tenía documentos, mis abogados lograron un permiso para presentarme al día siguiente. El abogado Farat Salim organizó un “motivito” allí y salimos con el doctor Gustavo Roca y el doctor Horacio Lonati. Llegamos a Córdoba al amanecer. Al día siguiente ya estaba en manos del Partido Comunista Argentino. Con una cámara fotográfica que habíamos logrado meter en la cárcel me sacaron una foto y me hicieron la cartilla de colimba. Salí con ese documento para Buenos Aires el 17 de diciembre, escoltado por un agente del PC. Antes de llegar a la Terminal de Buenos Aires nos bajamos. Fuimos a una cafetería, el agente llamó por teléfono, vino un auto con un chofer y una muchacha y me llevaron a otro lugar. Volvieron a llamar, vino otro auto con otro chofer y otra muchacha y me metieron en una casa de familia. El 24 de diciembre del ’68 cruzamos el Río de la Plata.

–...Y su familia se enteró de la misión en Argentina diez años después.

–Una de mis hijas había empezado a estudiar ruso en los Camilitos. Un día me dice: “Papi, ¿cómo se dice ‘jugar’ en ruso?”. Le dije que no sabía ruso. “¡Papi, mira que eres bruto! ¡Cinco años en la Unión Soviética y no sabes hablar ruso!”, respondió. Aquello me hirió tanto... Entonces senté a las mellizas y a la madre. Les dije que no podían contar nada de lo que iba a decirles porque, hasta que no lo dijeran oficialmente, era secreto. Terminada la historia sobre Argentina salimos llorando los cuatro.

–Hay quienes señalan que haber llevado la guerrilla a Salta fue, al menos, una utopía del Che.

–¡Ninguna utopía! Estábamos creando las condiciones para cuando él llegara. Teníamos órdenes de tratar de no combatir, explorar el terreno y no incorporar a ningún campesino mientras no estuviéramos combatiendo. Si el Che hubiera llegado a Argentina, o nos mataban a todos o terminábamos haciendo una gran revolución aquí. El tenía una gran confianza en la juventud. Ustedes estaban muy politizados y lo hubieran seguido sin dudar.

–¿Cuáles fueron sus sensaciones durante este regreso a Argentina?

–Sentí una emoción muy grande. Conocía Argentina por dentro pero no por fuera. Fui a la Quebrada (de Humahuaca) en Jujuy y a Chaco. Conocí el Paraná. La ciudad de Salta y la de Jujuy se parecen a Las Tunas, donde nací. La Habana se parece a Buenos Aires, con su bullicio y su gente en las calles. Los caribeños y los sudamericanos tenemos características similares, no somos europeos. Regresé a la cárcel y recordé cómo era la celda, la comida. En Orán me acordé cuando pasé por el río Bermejo, con el agua hasta la cintura y el fusil en la mano. Me emocioné en la selva cuando entramos por un terraplén hacia un sitio boscoso parecido al lugar donde había estado. ¡Figúrate, a tantos años! La otra vez había llegado como guerrillero, escondido. Ahora llego filmando, como artista.

FUENTE: http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-183169-2011-12-12.html

viernes, 25 de noviembre de 2011

Bussi, murió




No sabemos como tomar esta noticia, las alternativas son diversas, murió un genocida, un hombre que durante muchos años distribuía muerte y disponía de la vida según le convenía al poder hegemónico, con la mirada aprobatoria del resto de la sociedad.
En Tucumán su huella esta fresca, siendo un gran aprendiz de las más bestiales técnicas de tortura, con el fin de “salvar a la patria”, se encargó de romper los lazos solidarios que se formaron durante años en la provincia que la caracterizan por sus luchas reivindicativas.
Murió…, al genocida la muerte lo encontró preso, apañándose sobre su edad la condena se torno apacible en el living de una casa, con todas las comodidades que puede tener una casa de un barrio privado. Desde Hormiga Negra sostenemos, y exigimos: “cárcel común para los todos genocidas y sus colaboradores”.
Obviamente murió sin la gloria que seguramente buscaba cuando torturaba “haciendo patria”, dando rienda suelta a su mordacidad. Lo que no entiende ese tipo de personajes, es que esa patria no la queremos nosotros, ni nuestros desaparecidos, ni secuestrados por el último gobierno cívico-militar. Esa patria es la patria de la miseria, de la codicia y del egoísmo, la patria del hambre.
Unos años mas tarde el pueblo Tucumano aprueba a Bussi como gobernador de la provincia, esta vez utilizando la vía electoral, la provincia eligió a su verdugo como gobernador, otorgándole la impunidad necesaria para ejercer la corrupción de una manera descontrolada.
Frente a la hoja donde se esboza este escrito humilde, pasan los hombres y mujeres que fueron torturados bajo la mirada atenta de Bussi. Pasa el recuerdo de compañeros desaparecidos. Asoman relatos crueles y marcas en el cuerpo que nunca se van y siempre vuelven. Signos de un momento histórico nefasto.
La justicia llegó, la condena se hizo efectiva, Bussi el genocida murió. Nace el compromiso de replicar solo una frase corta, pero contundente NUNCA MÁS.

Equipo Hormiga Negra

jueves, 24 de noviembre de 2011

COMPAÑERO CRISTIAN PRESENTE!



ASESINANA A CRISTIAN FERREYRA, MIEMBRO DE MOCASE VIA CAMPESINA




En la tarde de hoy, miércoles 16 de noviembre, la comunidad de San Antonio comunicó, que en la casa de la Familia Ferreyra se apersonaron Javier y Arturo Juaréz, sicarios de empresario Ciccioli oriundo de Santa Fé, y dispararon a sangre fria contra dos campesinos, causando la muerte con una escopeta a Cristán Ferreyra de 25 años e hirieron de gravedad a otro compañero que se encuentra en observación en el hospital de la capital santiagueña y un tercero con golpes graves.

La comunidad de San Antonio,a 60 km de Monte Quemado, miembro de la CCCOPAL MOCASE-Vía Campesina, viene resistiendo al intento de desalojo de empresarios que han contratado matones armados para realizar amedrentamiento en la zona norte de Santiago del Estero. Los empresarios que intentan acaparar las tierras, Los Julianes, Ciccioli, Ricardo Villa, Saud son venidos de Santa Fe y Tucumán; éstos son los mismos que han diseñado el plan de ataque que vienen sufriendo los campesinos indigenas en los departamentos Copo, Pellegrini y Alberdi desde hace 4 meses de forma sistemática. Unos ejemplos son la detención arbitraria de Ricardo Cuellar, el atentado a la FM Pajsachama, la quema de ranchos y pertenencias de campesinos de la CCCOPAL.
Esto ocurre con complicidad y alevociía de parte de autoridades provinciales y funcionarios del poder judicial e instituciones como la dirección provincial de bosque, quien AUTORIZO desmonte en un lugar donde viven familias campesinas indigenas de varias generaciones. A todos ellos los hacemos responsables directos del asesinato de Cristian.

Desde éstos territorios campesinos indígenas, se viene denunciando los atropellos, tal es así que el Juez Penal Alejandro Fringes Sarria de Monte Quemado ya tiene varias denuncias y no hizo nada para detener la escalada de violencia que impera en la zona. También el Comité de Crisis supo hacer relevamiento de las situaciones de atropellos. Hasta el momento, sólo la organización de las comunidades ha logrado evitar los desalojos y desmontes de miles de hectáreas.

En varias oportunidades el empresario Cicciola, amenazó publicamente que mataría a un campesino del MOCASE-VC para que dejen de" molestar".

El asesinato de Crístian Ferreyra no va a quedar impune y con toda la rabia y dolor que sentimos sus compañeros y compañeras, reafirmamos una vez más, que en la defensa de nuestros territorios llegaremos hasta la últimas consecuencias.

Cristian Ferreyra Presente!!!

Ni un metro más, la tierra es nuestra!

Somos Tierra para Alimentar a los Pueblos

FUENTE:

Twitter, Facebook y el Centro de Fuentes Públicas de la CIA


Néstor García Iturbe
La pupila insomne
Los medios modernos de comunicación son una bendición para el espionaje de la etapa actual. La CIA quisiera que cada persona en el mundo tuviera una cuenta en Facebook o en Twitter para poder ampliar la caracterización y el conocimiento de la misma.
¿Qué es lo que estos instrumentos le proporcionan a la tenebrosa agencia?

Cuando usted abre su cuenta informa sobre una serie de datos personales que no son solamente el nombre apellido y dirección. Para “facilitarle” el ampliar sus relaciones y poder encontrarse con amigos que desde la infancia no ha sabido de ellos, debe informar además la escuela donde estudió, países que ha visitado, gustos personales, deportes que practica, tipo de literatura que lee, tipo de música, entretenimiento favorito y muchas veces hasta el tipo de comida que le gusta.

Ahí no termina el asunto, usted comienza a ponerse en contacto con sus amigos, por donde sacan sus principales relaciones o familiares. Usted intercambia con ellos mensajes, donde habla de su trabajo, si estuvo enfermo, el nacimiento de un nuevo miembro de su familia, el lugar donde pasó las vacaciones, si piensa mudarse, comprarse un carro, el nuevo amigo que tiene, envía las últimas fotos de la familia o de los lugares que visitó en la vacaciones, la nueva casa donde vive, si padece de alguna enfermedad, si terminó los estudios, su situación económica y otras interioridades.

Le facilitan el contacto con personas que “quieren ser su amigo”, o que “tienen gustos o entretenimiento similares a los suyos”, “personas que estudiaron en su misma escuela”, o que “trabajaron donde usted trabajó”, si usted los incluye en su círculo de amistades, comenzará a enviarles mensajes y a dar más información sobre usted, su pasado, aspiraciones, e inclusive criterios y comentarios sobre situaciones políticas, sociales y económicas que se desarrollan en su país, en el de la persona con la que se está escribiendo, o en el mundo.

Una verdadera bendición que le facilita el trabajo de caracterización a la CIA y pone en sus manos un volumen de información imposible de obtener por otros medios de inteligencia. Esta además, es información que se entrega en la confianza de que se respeta la “privacidad” de las personas que se ponen en contacto, como si usted estuviera hablando con su mejor amigo y contándole cosas que no quiere que nadie sepa.

Lo que usted diga o informe, solamente lo conocerá su mejor amigo…. y la CIA.

El Centro de Fuentes Públicas de la CIA ( Open Source Center) se encuentra en McLean, Virginia. Es un edificio de ladrillos, de varias plantas, que no se destaca del resto de las edificaciones que lo rodean, muchas de ellas de características similares. La diferencia es que en dicho edificio se interceptan más de 5 millones de mensajes diarios que circulan por las redes de Facebook y Twitter.

El Centro, bajo la dirección de Doug Naquin, experimentado analista de la CIA, cuenta con más de 800 empleados, computadoras de alta velocidad, servidores de gran capacidad para el almacenamiento de información, magníficos medios de comunicación que no solamente le permiten recibir las intercepciones de Facebook y Twitter sino además otras que realiza la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) sobre llamadas telefónicas, teléfonos celulares, mensajes remitidos por radio, “chats” de Internet y tráfico similar.

Este centro cuenta con analistas experimentados, casi todos hablan dos idiomas, algunos tres. Existe un cuerpo de traductores para aquellas informaciones que se reciben en chino, árabe u otro idioma que regularmente no es del dominio de los analistas. La mayoría de los que trabajan en el Centro tienen nivel superior y muchos han tenido experiencia de vivir fuera de Estados Unidos, algunos en el propio país sobre el que están trabajando.

Un grupo de trabajo dentro del Centro se ocupa del monitoreo de la prensa escrita, televisiva y radial, tanto local como de países priorizados. Este grupo estudia también los informes realizados por organismos internacionales y los de otros Centros de Investigación, sobre aspectos y situaciones que se ha determinado forman parte del seguimiento que deben realizar.

Las informaciones que se obtienen por medio de estas fuentes, de ser posible deben ser verificadas y de no ser esto posible informar de la misma como un alerta, explicando está pendiente de verificación.

Aunque la mayoría del personal se encuentra en Virginia, un buen número de estos analistas se han basificado en distintas embajadas de Estados Unidos, principalmente en países priorizados, con el objetivo de estar más cercano a las realidades sobre las que deben informar. Los que se encuentran en las embajadas trabajan formando parte de la Estación de la CIA existente en la misma y coordinan sus necesidades informativas de forma tal que el Jefe de la Estación y los oficiales prioricen estas con sus agentes y demás relaciones que atienden.

Los resultados informativos del Centro se incorporan al informe diario (Daily Intelligence Briefing) que la oficina del Director de Inteligencia Nacional remite al presidente Obama.
Cuando el presidente, en alguno de sus discursos, habla de situaciones que han sido priorizadas, el Centro se pone en alerta para hacer un diagnóstico por medio de Facebook, Twitter e Internet de la reacción sobre sus palabras y remitírselo al día siguiente.

Si quieren hacerle llegar algún mensaje a Obama, ya saben por donde mandárselo.

FUENTE: http://lapupilainsomne.wordpress.com/2011/11/22/twitter-facebook-y-el-centro-de-fuentes-publicas-de-la-cia/

Viernes 25, presentación del Archivo 2011: La represión sigue siendo política de estado



Viernes 25, 18:30, Acto en Plaza de Mayo (Archivo 2011): La fuerza de la represión para profundizar el modelo de explotación

El 25 de noviembre, a las 18.30, CORREPI estará en Plaza de Mayo haciendo su presentación anual del Archivo de casos de personas asesinadas por las fuerzas represivas del estado.
Hace 15 años, el gobierno menemista, en la voz de Carlos Corach, intentaba deslegitimar nuestra denuncia sobre su política represiva y nos pedían “números, datos”.
Así comenzó la tarea de sistematizar la información. Pero como, para nosotros, nuestros pibes muertos no son ni “números” ni “datos”, la información del archivo acompaña nuestra tarea militante diaria de organización, de denuncia y de lucha.
Hoy, después de la reelección de un gobierno que se adjudica el rol de “defensor de los DDHH”, nuestro archivo sigue evidenciando números que contradicen de pies a cabeza ese discurso.
Sobre 3.393 personas asesinadas desde diciembre de 1983 a la fecha, 1.836 murieron en los 8 años de gobierno kirchnerista, casi 200 en los últimos 12 meses. Más del 50 por ciento son pibes menores de 25 años.
Además, el Archivo muestra que la práctica del gatillo fácil, la tortura y las detenciones arbitrarias son patrimonio de todas las provincias, todos los gobiernos y todas las policías y fuerzas del país. Desde las policías de los gobiernos “más reaccionarios” como el de Macri, que con su metropolitana, en lo que va del año, tiene 5 casos de gatillo en su haber, hasta la policía del “socialista” Hermes Binner, la policía santafesina, que vuelve a ocupar el primer lugar en cantidad de casos en proporción a la cantidad de habitantes de su provincia.
A estos datos, hay que agregar el recrudecimiento por parte del gobierno de políticas de persecución hacia los sectores organizados. La represión selectiva del kirchnerismo sigue manteniendo en sus cárceles a tres presos por razones políticas y criminaliza a quienes salen a luchar por salario, trabajo y mejores condiciones de vida.
La utilización de patotas sindicales y grupos de choque para dirimir conflictos gremiales o medidas de lucha han sido moneda corriente en este último periodo, como lo prueba el asesinato de Mariano Ferreyra.
Mientras el gobierno intenta despegarse de su responsabilidad de la represión, nosotros seguiremos denunciando y llamando a la organización frente a la represión. Porque lejos de ser una práctica del pasado, no sólo los números de nuestro archivo, sino la realidad, nos muestra que la represión sigue siendo política de estado, gobierne quien gobierne.



lunes, 31 de octubre de 2011

“En este juicio quedó totalmente evidenciado el horror”

El juez Daniel Obligado repasa ante Página/12 las particularidades del juicio y la sentencia que hizo historia el miércoles pasado. Las condenas más emblemáticas: Alfredo Astiz y Jorge “El Tigre” Acosta. La prueba del homicidio de Walsh y la ingesta de cianuro considerada como homicidio. El nuevo concepto de “politicidio”.

Por Alejandra Dandan
Daniel Obligado fue juez en el conurbano bonaerense. Fue uno de los que absolvieron a aquel muchacho conocido como Pantriste, acusado por el homicidio de un niño de 16 años. El juez lo consideró inimputable. Tras ese tránsito por la provincia, desembocó en el fuero federal cuatro años atrás, cuando formó parte del tribunal que encabezó el juicio al prefecto Héctor Febres, el primer acusado de la Escuela de Mecánica de la Armada en juicio oral, muerto por un supuesto envenenamiento. Obligado preside ahora el Tribunal Oral Federal Nº 5, que el miércoles pasado dictó una condena histórica a 16 de los 18 acusados de la megacausa ESMA, entre los que estuvieron Alfredo Astiz y Jorge “El Tigre” Acosta. Además de 12 perpetuas, la condena marcó posición en temas determinantes para el futuro en materia de juicios por la represión ilegal, como la prueba del homicidio de Rodolfo Walsh y el giro para considerar como homicidio la ingesta de cianuro de María Cristina Lennie. Tras el fallo, el presidente del tribunal repasa en diálogo con Página/12 algunos ejes del juicio y la sentencia. El momento en el que Astiz le acercó una copia dedicada de la Constitución Nacional, el testimonio de la madre de Fernando Brodsky, las razones de la muerte de Walsh, la acusación por el robo de los bienes culturales, los delitos de violencia sexual, pero también las demoras, las disidencias y lo que finalmente constituyó otra bisagra del juicio: la decisión de pedirle a la Corte Suprema que impulse en organismos internacionales la inclusión de la figura del “perseguido político” en el delito internacional de genocidio.
Obligado definió que en el país hubo un “politicidio”: “Acá lo que se probó es que hubo una persecución política, tomando la militancia política en su sentido amplio. No por el hecho de pertenecer al partido A o B: podían ser militantes sociales”. Para Obligado, ese “politicidio” debe ser incluido en la Convención Internacional contra el Genocidio, “y no solamente por el caso argentino”. “Acá no hubo una persecución para convertir a estas personas al cristianismo occidental y cristiano, porque eso hablaría de una persecución religiosa. ¿Y las monjas francesas? Por eso es politicidio: porque eran contrarios a ese régimen.”
El TOF Nº 5 llegó al Juicio ESMA después de dos juicios orales complicados. Uno con Febres, y otro con jefes de área, en que absolvió a tres de los cinco imputados. Obligado fue parte de ese tribunal, presidido por Guillermo Gordo. Obligado no lo dice con todas las palabras, pero cuando da cuenta de aquello dice que la autonomía que tiene un juez en un espacio colectivo como un tribunal es distinta de la que pueden tener los integrantes de la Corte: las decisiones del tribunal son más colegiadas, y en esa colegiación pierden las voces disidentes. ESMA empezó sin Gordo. Y terminó integrado por Obligado como presidente, Germán Castelli y Ricardo Farías, el voto que acumuló mayores disidencias. A tres días de la sentencia, Obligado arranca con sus hijos.
–Me preguntaron cuál era el testimonio que más me impactó. Creo que fue el de Sara Silver de Brodsky, en referencia a su hijo Fernando. El estaba ligado a un señor que había sido secuestrado en el conurbano bonaerense, y la señora ésta es una mamá. Mostró una foto de él en la juventud y después mostró una foto que exhibían de Basterra. Y entonces me decía: “¡Mire lo que hicieron con mi hijo!”. Eso es algo que me quedó grabado.
Víctor Basterra es el sobreviviente de la ESMA que pudo sacar fotos de varios detenidos desaparecidos y convertirlas, con los años, en pruebas de la desaparición.
–También hubo otra señora, que parecía un poco perdida. Se sentó a declarar y decía: “¿Y ustedes saben dónde está mi hijo?”. Les hablaba a los acusados. Era una señora muy mayor. Y lo suyo no era un acto político. No. Y menos una provocación. Era una pregunta sincera, porque ella estaba ahí porque quería aclarar ese tema, es decir, quería saber para poder llevar una flor.
–¿Por qué la foto de Brodsky?
–La foto es muy conocida. Es ese chico que está con una remera sin mangas, como de gimnasia. Y creo que los sobrevivientes decían que él hacía gimnasia, como una forma de contrarrestar la situación. Quizás esa remera la haya conseguido haciendo esa actividad. Ahora está desaparecido. Pero fue la mirada intensa: esas fotos interpelan. Hubo otra foto, de una chica secuestrada en una playa: está acusado por eso el señor Donda, y a ella se le advierte la malla, se ve que están golpeados los ojos, como que le aplicaron trompadas.
–Son datos del afuera del campo: remeras, la malla.
–Ella estaba como en otro universo. Se supone que una persona en la playa está descansando, asoleándose en un momento de distensión. Y la van a buscar y se la llevan, y miramos cómo queda reducida a un mundo totalmente diferente. Como que no estaba esperando el ataque, no estaba con un arma o escapando: por lo menos objetivamente no se estaba escapando, no sé si en ese lugar estaba de incógnito. Nadie se está escapando si está en malla tomando sol. También me impactó la religiosa Ivonne Pierron, un espíritu que traspasa las palabras.
–¿Lloró?
–No, no soy mucho de llorar en mi vida personal. Y a esta altura de la profesión, no. No sólo en estos juicios. Con la señora Sara creo que todos quedamos así, hasta las defensas. Hay momentos en que uno se conmueve y necesita tomar agua, por ejemplo. Pero uno mediatiza. Es lo que pasa con cualquier profesional: uno no se involucra, hace como una pirueta mental en la cual el otro queda como objeto de investigación. En Lomas de Zamora, donde trabajé, tuve unos casos de padres acusados de asesinar a su bebé, dos veces, una por fracturas y otra por introducir algodón, algo lamentable; estoy fogueado de este tipo de situaciones.
La ESMA, 35 años más tarde
–¿El juicio permitió redimensionar lo que significó la ESMA?
–En realidad, el primer caso que tuvimos fue Febres, apenas llegué al tribunal. Juré un 5 y el 20 estaba iniciando el juicio. Y esa semana hicimos la inspección en la ESMA. Así que de entrada tuve una vivencia de la ESMA. Y fuimos dos veces más. En este juicio, el querellante (Horacio) Méndez Carreras estaba preocupado porque durante la inspección vimos una inscripción en una viga con unos números: aparentemente los escribió la monja (Léonie Duquet), y eran del convento y del colegio de Morón donde enseñaba catequesis. Y están. Están. En función de esa inspección ocular y los testimonios, uno se hace una idea de qué pudo haber pasado, como si estuviera viendo una película.
–¿Y es distinta al modo en el que se pensó hasta ahora la ESMA?
–Es cierto que uno es un testigo privilegiado. Seguro que sabemos detalles que los conciudadanos no conocen. Todas las situaciones, el ruido de los aviones. A ellos, por ejemplo, los estaban torturando y sentían la algarabía de los chicos de la escuela Raggio jugando en el patio. Así que los testimonios no entran por lo que se está oyendo, por las palabras del testigo, sino también por las invocaciones visuales y sonoras que realiza. Ahí fue importante la constante alternancia entre el sumo displacer y hasta una dosis de placer, en el sentido del ruido de esos niños. Esa dualidad, ese ir y venir de una situación horrible a otra. O cuando iban a comer, aunque no creo que tuvieran ninguna situación grata ahí.
El caso Walsh
–¿Qué puntos discutieron más?
–Había desafíos técnicos muy interesantes. Uno, el tema del escritor Walsh: había problemas para superar y pronunciarse. Había sido elevado como privación ilegal de la libertad, y el fiscal de primera instancia y luego el del juicio acusó por homicidio. Había un problema con la defensa: ahondó mucho en eso, dijo que si había fallecido no había sido privado de la libertad. Murió en un enfrentamiento. Y otra línea en paralelo decía que no falleció en la ESMA sino que falleció en el lugar; que por lo menos no había certezas de dónde falleció. Y había que superar los dos obstáculos.
–¿Cómo hicieron?
–Un argumento muy considerado fue que no importaba si había fallecido de un lado o del otro de las rejas, de los límites de la ESMA, sino que debía considerarse lo que realizaban las personas que estaban dentro del plan, las personas acusadas que se comprobaba que habían salido de la ESMA y realizado esa conducta. Eso respecto del dónde. Y la privación ilegal de la libertad era ver cuándo se consideraba consumado un delito. Finalmente no se condenó por privación ilegal sino directamente por homicidio, porque en el contexto del plan sistemático la lógica era privar de la libertad, torturar y, en la generalidad de los casos, asesinar. Por más que dicen que la ESMA sería el centro con más sobrevivientes pero, bueno, ya el “más” es un eufemismo: es decir, la mayoría falleció. Son muy pocos los que, en comparación, vivieron; fueron menos de quinientos los sobrevivientes. Una barbaridad.
El genocidio
Se sabe que uno de los problemas de la Convención contra el Genocidio es que excluyó en su momento la figura de los perseguidos políticos como parte de ese delito. Hasta ahora se procuran planteos sustitutos que intentan mostrar a los desaparecidos como grupo nacional, alcanzado por alguna de las categorías. El TOF Nº 5 dio un giro en esa búsqueda. Por un lado pidió a la Corte que impulse una modificación de esa Convención en foros internacionales. Por otro, con la definición de “politicidio”, recuperó las identidades políticas de la víctimas y sobrevivientes. Un relato que no se pudo hacer en el contexto del Juicio a las Juntas y la teoría de los dos demonios, y que arrastra la deuda pendiente de que la Justicia los reconozca no como víctimas de una agenda de teléfono sino desde ese lugar.
–¿Cómo avanzaron con la figura del perseguido político?
–Dos querellas lo plantearon. Quedó habilitada así la jurisdicción y se consideró que es un “politicidio”, un término acuñado por un húngaro que habla de una exterminación por causas políticas. El tema es que el politicidio no está considerado en la Convención de Genocidio. Baltasar Garzón en España dijo que en la Argentina había habido un genocidio porque ahí hay un tipo penal de genocidio, ésa es una posibilidad. Pero un juez local no puede aplicar la Convención directa en su país si el tema no está en la Convención. Se intenta trasladar otras posibilidades, como la de la persecución indiscriminada por causas religiosas, étnicas o raciales, pero no la persecución política. En su momento, Stalin abogó para sacarla, pero debe ser incluida y no solamente hacerse cargo del caso argentino sino de otros tantos lugares del mundo donde hay persecuciones políticas. Garzón dijo que acá se pretendían instalar las pautas de la civilización occidental y cristiana, y entonces así habría una persecución religiosa. Yo no estoy de acuerdo. ¿Y las monjas francesas? Por eso politicidio: porque eran contrarios a ese régimen.
–¿Cómo evalúa al juicio como síntesis?
–Este juicio nos coloca a la cara del horror y quiero resaltar este concepto: quedó totalmente evidenciado el horror. A partir de ello, era indispensable realizarlo. No solo este y los casos subsiguientes. Es necesario conjurar la irracionalidad que se evidenció en este juicio con la racionalidad de una respuesta civilizada, sublimando la violencia. Deben empeñarse los mejores esfuerzos individuales, pero también institucionales que tributen a una política de Estado, como ya lo señaló la Corte.
FUETNE: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-180165-2011-10-31.html

jueves, 11 de agosto de 2011

TERRORISMO DE ESTADO Y MANICOMIO "La extracción de la verdad"



Un hombre internado en un manicomio, que había sido víctima del terrorismo de Estado durante la última dictadura, dio testimonio en un juicio por crímenes de lesa humanidad. Después, volvió al manicomio. Su historia presenta la conjunción y, quizá, la articulación entre los dos infiernos.



Por Fabiana Rousseaux V



Jesús tiene 50 años. En 1976 fue secuestrado, cuando tenía “16 años y medio”, de acuerdo con su implacable memoria. Pasó por la comisaría de Escobar, dirigida por Luis Patti, donde fue torturado, junto con su referente político Gastón Goncalves y otros compañeros de la Juventud Peronista. Después, fue expulsado del país.
En su exilio, intentó rearmar algo de la vida que el terrorismo de Estado le había resquebrajado, (des)instalándose en otro país. Logró constituir una familia. Pero dejar atrás las marcas no es sencillo. En un viaje a la Argentina, el espanto se le impuso nuevamente y cometió un delito. Fue detenido y, a partir de entonces, su vida transcurre en la unidad penal de un hospital neuropsiquiátrico. Después de la muerte de su madre, quedó en el más rotundo olvido. El sabe que allí no habrá condena, pero que el encierro será para siempre.
Estuvo durante 18 años en la Unidad Penal 34, del Melchor Romero, y ahora, desde hace poco, en la Unidad 10, donde al menos, dice, puede “ver la ruta, con algún coche que pasa cada tanto, porque antes sólo se veía el paredón”.
Durante todos estos años en el penal del manicomio, cada vez que veía a Patti en la televisión se indignaba y contaba los vejámenes que éste había cometido contra él y sus compañeros. Dice que no entiende cómo pudo llegar a ser intendente, cómo intentó luego ocupar una banca de diputado. Dice que siempre soñó con hacerle un juicio a Patti, si alguna vez salía de ese lugar. Por supuesto, es la palabra de un loco: ni esas palabras ni las que hablen de su detención y las torturas sufridas a los 16 años y medio serán tomadas por ciertas en un lugar como ése, donde hay, en cambio, una respuesta generalizada y medicalizada para todos y para todo.
Jesús es el parresiastés, tal como lo define Michel Foucault (véase, por ejemplo, “Coraje de la verdad”, Página/12, sección Psicología, 3 de enero de 2011): alguien de un “decir veraz”, que dice lo que piensa, que está comprometido con su verdad. Jesús quizá lo es más que nadie, ya que sabe que nadie le creerá. Lanza su verdad a otros sin calcular los riesgos de hacerlo, o, más aún, calculándolos los asume, desde su sala de manicomio.
¿En qué memoria teórica debemos pararnos para dejar de dudar de las secuelas que los crímenes cometidos por el terror de Estado produjeron? La “inimputabilidad” de Jesús en nada niega la verdad de esos hechos, ni de sus relatos, mucho menos de sus consecuencias trágicas. Las marcas de la historia social que transitamos, tomen la forma que tomen, se alojen en una estructura psíquica o en otra, no pueden ser ignoradas.
Durante años a Jesús se lo dio por muerto, hasta que, a través del Ministerio de Interior, se lo logra ubicar: Otros sobrevivientes de Patti hablaban de él, pero las versiones eran muy variadas y desconcertantes: que estaba en otro país o que estaba muerto o que estaba preso. Lo cierto es que ningún compañero de militancia había logrado saber nunca nada sobre él, hasta que hace pocos meses lograron ubicarlo.
A partir de ello, Jesús fue propuesto como testigo en la causa que los hijos de Goncalves y Muniz Barreto, junto con la familia de los hermanos D’Amico, iniciaron contra Patti, Mignone, Riveros, Meneghini y Rodríguez. Los abogados querellantes de esa causa lograron dar con este testigo central para demostrar las torturas y desapariciones cometidas por el ex policía.
Jesús aceptó inmediatamente. Reconoció, con todos los detalles necesarios, a los responsables de tan aberrantes delitos. Hizo un uso de memoria que nadie podría comprender si no fuera porque se trata de un hombre que durante 18 años había estado sometido al olvido y a la indignidad de perder el valor de su palabra, convertido en un sujeto que no puede responsabilizarse ni de sus actos ni de sus dichos, ni de sus dolores, en un lugar donde cada demanda y cada opinión fueron acalladas: “El halopidol me dejaba duro y, a pesar de los terribles dolores que tenía, porque estaba mal del hígado, el médico me vio solamente una vez en un año y medio y nunca me daban analgésicos, así que aprendí a manejar el dolor”, relata.
Desde que empezó a recibir visitas de los abogados, los familiares de las víctimas y los compañeros, su lugar comenzó a ser interrogado por los habitantes de ese espacio penal-psiquiátrico. En una de las visitas se nos acercó un grupo de guardias del Servicio Penitenciario y empezaron a preguntarnos por su historia. Pareciera que todo el universo del penal en el manicomio se vio modificado por este nuevo hecho. La historia de Jesús, que había quedado encapsulada y forcluida durante casi dos décadas, comienza a rodar nuevamente, se descongela el tiempo, hay un antes-de-la-detención, previo a la cadencia idéntica a sí misma de la rutina penitenciaria en el manicomio, que se hace audible. Se anuda con el mundo exterior. Comienzan a circular los diarios allí adentro. Los noticieros adquieren otro estatuto. surgen las preguntas por él y su historia. El encierro ha experimentado una mínima, perceptible alteración.
Ahora sus compañeros de encierro preguntan qué le había pasado, están evidentemente impactados por eso que había sido denunciado tantas veces pero que sólo se hizo audible cuando el discurso jurídico entró en la institución total.
Manuel, hijo de Gastón Goncalves, dice que, cuando conoció a Jesús, lo que más lo impresionó fue su capacidad de entender de inmediato lo que le estaban proponiendo. Para alguien que desde hacía 11 años, a partir de la muerte de su madre, no recibía ninguna visita, no era sencillo pensar en un cambio de posición tan radical: convertirse en un sujeto con derechos, capaz de enfrentarse a un tribunal donde su palabra tendría valor, los jueces lo escucharían y sus compañeros de épocas de militancia estarían como testigos de su verdad, una verdad colectiva que, de tan dolorosa, se hace impensable. Jesús estaba allí enfrentando todo eso en un solo acto, sin avales subjetivos, sin garantías de lo que iba a sentir después de semejante acto cuando volviera, solo, a su realidad penalizada, apenas con su dolor acallado y los detalles de una memoria implacable. Jesús, el memorioso.
La defensa objetó su testimonio, como tantos otros, pero el tribunal hizo lugar a lo declarado por Jesús. Declaró esposado. Expresión radical y extrema de la paradójica condición de víctima-testigo del terrorismo de Estado e imputado de un delito común. Aun parándonos en el reverso, ¿su peligrosidad será mayor que la de Patti y sus colegas torturadores? Jesús asumió su lugar –al igual que tantas veces lo hizo durante estos largos años– como si se tratara de una clase magistral de dignidad dedicada a quien tres décadas atrás lo había torturado a pesar de sus 16 años y medio. Un asentimiento subjetivo incalculable, enigmático y profundamente ético. Ana Nuño, en su texto “El testigo entronizado, a pesar suyo”, en referencia a la relación entre la memoria subjetiva y el discurso histórico, advierte que los verdugos no dan testimonio, que siempre callan, porque sus actos están más allá de las palabras.
Cuando finalizó la declaración de Jesús, sus ex compañeros de militancia salieron a las escalinatas del Centro Cultural de José León Suárez, donde se desarrollaban las audiencias, y con el puño en alto se despidieron de él, que era trasladado nuevamente al penal en un vehículo del Servicio Penitenciario Federal. El instante de víctima del terrorismo de Estado había concluido, y con ello el valor subjetivante de su palabra. No fue poca cosa, en 18 años de encierro, ese instante.
El cruzó al otro lado del muro y volvió, pero ese cruce nunca es sin consecuencias, porque ya no se vuelve al mismo lugar. Reescribir un nombre no es poca cosa, cuando se está más acá de los márgenes del manicomio, cuando los surcos del rostro hablan del dolor, del abandono y de la tristeza. Pero también de la alegría de, por fin, haber sido rescatado del olvido. Haber sido dignificado, al ofrecer su palabra valiente. Haber hecho lugar a aquel sueño premonitorio de “hacerle un juicio a Patti”. Verlo preso, como él y todos esperábamos. Quizás esa haya sido la única oportunidad en que el muro que separa la “normalidad” de la locura permitió que, por un rato, Jesús lo atravesara. O quizá sea necesario que asumamos esta verdad colectiva y nos dejemos interpelar por los efectos de la trágica historia vivida. La verdad de Jesús es la historia de todos.
* Psicoanalista. Directora del Centro de Asistencia a Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos Dr. Fernando Ulloa, Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.




jueves, 14 de julio de 2011

APOYAMOS A FITO, COMPARTIMOS SU OPINIÓN

La mitad


Por Fito Páez *
Nunca Buenos Aires estuvo menos misteriosa que hoy. Nunca estuvo más lejos de ser esa ciudad deseada por todos. Hoy hecha un estropajo, convertida en una feria de globos que vende libros igual que hamburguesas, la mitad de sus habitantes vuelve a celebrar su fiesta de pequeñas conveniencias. A la mitad de los porteños le gusta tener el bolsillo lleno, a costa de qué, no importa. A la mitad de los porteños le encanta aparentar más que ser. No porque no puedan. Es que no quieren ser. Y lo que esa mitad está siendo o en lo que se está transformando, cada vez con más vehemencia desde hace unas décadas, repugna. Hablo por la aplastante mayoría macrista que se impuso con el límpido voto republicano, que hoy probablemente se esconda bajo algún disfraz progresista, como lo hicieron los que “no votaron a Menem la segunda vez”, por la vergüenza que implica saberse mezquinos.
Aquí la mitad de los porteños prefiere seguir intentando resolver el mundo desde las mesas de los bares, los taxis, atontándose cada vez más con profetas del vacío disfrazados de entretenedores familiares televisivos porque “a la gente le gusta divertirse”, asistir a cualquier evento público a cambio de aparecer en una fotografía en revistas de ¿moda?, sentirse molesto ante cualquier idea ligada a los derechos humanos, casi como si se hablara de “lo que no se puede nombrar” o pasar el día tuiteando estupideces que no le interesan a nadie. Mirar para otro lado si es necesario y afecta los intereses morales y económicos del jefe de la tribu y siempre, siempre hacer caso a lo que mandan Dios y las buenas costumbres.
Da asco la mitad de Buenos Aires. Hace tiempo que lo vengo sintiendo. Es difícil de diagnosticarse algo tan pesado. Pero por el momento no cabe otra. Dícese así: “Repulsión por la mitad de una ciudad que supo ser maravillosa con gente maravillosa”, “efecto de decepción profunda ante la necedad general de una ciudad que supo ser modelo de casa y vanguardia en el mundo entero”, “acceso de risa histérica que aniquila el humor y conduce a la sicosis”, “efecto manicomio”. Siento que el cuerpo celeste de la ciudad se retuerce en arcadas al ver a toda esta jauría de ineptos e incapaces llevar por sus calles una corona de oro, que hoy les corresponde por el voto popular pero que no está hecha a su medida.
No quiero eufemismos.
Buenos Aires quiere un gobierno de derechas. Pero de derechas con paperas. Simplones escondiéndose detrás de la máscara siniestra de las fuerzas ocultas inmanentes de la Argentina, que no van a entregar tan fácilmente lo que siempre tuvieron: las riendas del dolor, la ignorancia y la hipocresía de este país. Gente con ideas para pocos. Gente egoísta. Gente sin swing. Eso es lo que la mitad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires quiere para sí misma.
* Vecino de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
FUENTE: http://http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-172084-2011-07-12.html

martes, 28 de junio de 2011

Excelente artículo de Martín Hacker

28/6/2011




Darío Santillán, reportaje en Puente Pueyrredón
El domingo se cumplió un nuevo aniversario de la Masacre de Puente Pueyrredón. Si alguien no se acuerda: a Dario lo mataron en la estación de Avellaneda.

La policía le disparó a quemarropa porque se había quedado a socorrer a Maxi Kosteki, que estaba a punto de morir por las mismas balas [el 26 de junio de 2002].
Ya van nueve años. A veces cuesta creer que el tiempo pase tan rápido. En esa época trabajaba en Indymedia Argentina, aunque trabajaba es un decir, porque lo hacíamos de onda, sin cobrar nada: eramos voluntarios. En el 2002 los blogs eran algo desconocido y las redes sociales casi no existían. Indymedia permitía publicar textos, fotos y audio de forma instantánea, sin registro previo. El sistema de publicación abierta fue un invento de un grupo de técnicos que quiso hacer una cobertura alternativa de la cumbre de la OMC (Organización Mundial del Comercio) en Seattle en 1999. Aquella cumbre fue el nacimiento del llamado movimiento antiglobal, y de Indymedia como una red de información alternativa, la primera a nivel mundial.
En el 2001, un grupo de canadienses llegó a Buenos Aires y nos invitó a hacer lo mismo acá. Indymedia en Argentina fue un fenómeno marginal hasta el 19 de Diciembre de 2001. Cuando el país estalló, indymedia se convirtió en un canal de miles de personas que necesitaban expresarse. El slogan era “cada persona es un corresponsal”.
El 25 de enero de 2002, un grupo de piqueteros cortó el Puente Pueyrredón. Nosotros nos pasábamos los días entre piquetes y cacerolas, así que ahí estábamos. Ese día entrevisté a Dario Santillán.





Una entrevista con Dario Santillán, en el puente Pueyrredón


Dario Santillán de pantalón blanco; a la derecha de la foto el autor
-Estamos con los compañeros del MTD de Lanús, cortando el puente. Queríamos que nos cuentes cuál es la situación y por qué están hoy acá.
- Bueno, Principalmente vinimos integrantes de la Coordinadora Aníbal Verón, de los movimiento de Lanús, Varela, Almirante Brown, Quilmes y Estéban Echeverría. Nos encontramos acá exigiendo al gobierno nacional el cumplimiento con la entrega de los planes trabajar, la entrega de alimentos y maquinarias, el aumento de los planes trabajar a 200 pesos, la renovación de todos los planes vigentes que tenemos ahora y la libertad y desprocesamiento de todos los compañeros presos.
Nosotros hemos tenido una reunión la semana pasada con el ministro de trabajo de la nación, Atanasoff, que se estaba comprometiendo a la entrega, que ya estaban por firmar el decreto, que aguantemos dos días... pero ese decreto para nuevos planes todavía no está firmado y no hay respuestas concretas. Entonces estamos reclamando acá para que esto se cumpla. Además hay otros detalles de los planes que van a entrar ahora, que solamente cubrirían a los jefes de familia... donde las mujeres... sabemos que con un sueldo de 160 pesos no alcanza...entonces cubre nada más que a los jefes de familia...y los jóvenes que están trabajando y las mujeres, las amas de casa que están trabajando en los planes quedarían sin trabajo. Además están requiriendo un montón de papeleo que en los barrios pobres es difícil de tener como el acta de nacimiento. Todas esas cosas estamos pidiendo que las anulen, que no era lo que había hasta ahora y que alcance la cobertura de estos planes a todos los integrantes de la familia.
Hoy hemos venido alrededor de 1300 personas. Esto es el anticipo del plan de lucha. Lo que estamos haciendo hoy es anunciar el plan de lucha que empezamos esta semana, el día miércoles, donde va a salir la Coordinadora Aníbal Verón en pleno, a reclamar por todos estos puntos que enumeramos hace un rato.
- Quería preguntarte dos cosas. Nosotros estamos en una situación en la que por un lado se extendió la rebelión popular del 19 de diciembre y por otro lado han tomado duras medidas económicas que afectan al bolsillo de los trabajadores, como la devaluación. Yo quería saber cómo estaba viviendo esta situación el movimiento de desocupados desde el punto de vista de la economía y de la política.
- Desde el punto de vista de la economía, concretamente, a los desocupados, estas medidas del llamado corralito no nos afectan. Imaginate que no hay un peso para comer, asi que mucho menos tenemos alguna cuenta en un banco. Es decir que no somos directamente afectados. Lo que sí es que con la situación esta no hay trabajo, cada vez hay menos laburo, están aumentando algunos precios, asi que por ese lado sí. Y desde el punto de vista político, vemos con buenos ojos todo esto que está pasando, desde el 20 de diciembre que hubo una gran pueblada en la Argentina, los niveles de conflicto han aumentado en cantidad y calidad. Antes del 20 de diciembre venían peleando varios sectores, pero sobre todo eran los desocupados que iban llevando la lucha en primera plana y hoy nos encontramos todos los sectores involucrados en esta movilización.
El tema ahora es cómo ir coordinando todas estas luchas para que vayan siendo mucho más fuertes. El 20 de diciembre han participado todos los... sin banderas, han estado los desocupados, los estatales, la juventud de la clase media, la clase media que tenía estos problemas económicos... y bueno, dio su resultado, se volteó a un gobierno. Creemos que para poder llevar nuestras revindicaciones adelante todos estos sectores deben estar juntos y no separados. Entonces, la verdad es que estamos chochos con que todo esto está pasando; en el campo popular están avanzando los niveles de lucha y esto nos favorece. Ahora esto se tiene que traducir en coordinaciones concretas que sean efectivas para obtener nuestro reclamos.
- Aparte del fortalecimiento de la Coordinadora Aníbal Verón, ¿qué otros pasos pueden darse en la coordinación?
- A nivel local, los movimientos que integran la Coordinadora Aníbal Verón, siempre han tratado de establecer una multisectorial. En Lanús se han dado algunos pasos en ese sentido, pero...a veces interfieren algunos partidos políticos que enturbian un poco las cosas. Nosotros no estamos en contra de ellos que están luchando a su manera, desde su sector contra el gobierno, pero a veces es como que mezclan un poco las cosas entre lo revindicativo y programas y posiciones políticas de los partidos que no son coherentes con los reclamos de los sectores sociales. Incluso a veces se tratan de imponer. Pero nosotros siempre abrimos el juego a todos los sectores, al menos en lo local.
Hasta ahora, en cuanto al fortalecimiento de la Coordinadora se han sumado nuevos sectores que son el MTD de José C Paz, el MTD de Estéban Echeverría, el MTD de Quilmes y los compañeros de Río Negro, de Allen, en Neuquén, el MTD 23 de julio. Y bueno, en ese sentido estamos tratando de dar pasos en lo local, coordinando lo mejor posible y en lo nacional tratando de conectarnos con todos los sectores que están llevando la lucha adelante. Quizás es un poco más complicado cuando se habla de las asambleas de la clase media en la Capital...concretamente está habiendo muchas asambleas y se nos está haciendo un poquito complicado, por la dinámica actual que están teniendo los movimientos de desocupados, llegarnos hasta ahí, pero siempre estamos tratando de hacer lo más posible para llegar a esa coordinación con pasos concretos.
- Hay una asamblea de coordinación de las asambleas de capital que se hace los domingos en Parque Centenario. ¿sabían? ¿participaron alguna vez? ¿les gustaría participar?
- A nosotros nos llega la información hace poquito de todas las asambleas que se están haciendo en capital...estamos tratando de buscar la más central, donde se aglutinen todas que es la que vos me estás comentando que recién nos enteramos el otro día. Necesitamos arrimarnos porque todavía no hemos tenido un acercamiento completo hacia esos sectores.
- Bueno, ahora quería preguntarte si conocías indymedia, qué opinión tenías y que rol pensás que tenemos que jugar los periodistas alternativos.
- A nosotros indymedia nos parece un grupo muy piola que está sacando la información real y no como los grandes medios de comunicación como el grupo Clarín y todo eso y a nosotros nos ayudan bastante porque necesitamos que salgan reflejadas las luchas que estamos llevando adelante, con la participación real de la gente que no es lo que sacan los medios en general. Depende cómo sea la medida y depende la situación a veces dicen un poco más de verdad que... enturbiar la cosa.
Y concretamente en qué pueden favorecernos a nosotros... nosotros desde los movimientos de desocupados hay un trabajo cotidiano, real de organización y trabajo concreto. Nosotros somos un movimiento de trabajadores desocupados y hay una construcción todos los días de lo que es esa organización del trabajo y la organización como movimiento de desocupados, las instancias, las distintas áreas, los grupos de prensa, los que manejan las finanzas, las relaciones con otros sectores. Nosotros necesitamos que eso se difunda, que no sólo somos un movimiento de desocupados que tiramos gomas en la ruta juntamos gente y salimos a cortar, que tenemos un trabajo real y queremos que se difunda... con los pocos grupos que se han acercado hasta ahora hemos tratado de reflejar eso más que nada, aunque a veces está más interesados en el fuego de las gomas que en la construcción real de la organización que es lo que más cuesta todos los días.
Así que yo creo que, por ese lado, los grupos alternativos de difusión pueden ayudarnos en ese sentido, que se difunda lo que es realmente, lo que se está trabajando, la formación, las discusiones en los ámbitos de los movimientos, el crecimiento que tienen los movimientos realmente. Por eso repito, el movimiento de desocupado no sólo corta rutas sino que lucha todos los días en el barrio para poder seguir organizando mejor los trabajos y la participación de los compañeros en el movimiento.
Y, sobre todo una coordinación más periódica, si se quiere, para estar todo el tiempo al tanto y que no sea una visita de turista como ha hecho algún grupo. Pero en esto yo creo que, al menos ustedes....esto es un paso que va a seguir para adelante...nos vienen cubriendo, vienen informando bastante bien y eso nos está sirviendo lo suficiente .


Nota: El reportaje fue desgrabado por Anarresti. La foto del reportaje (que corresponde a este reportaje en particular) fue tomada por Eli el 25 de Enero del 2002 en el Puente Pueyrredón, a pocos deque están abajo, son de Sebastian Hacher y fueron tomadas hace dos semanas en el obrador del MTD donde trabajaba Dario. Las mismas son inéditas y él nunca llegó a verlas.

Fuente: http://www.lahaine.org/index.php?p=54690




lunes, 27 de junio de 2011

Considere el caso donde la justicia evalúa como un delito penal, un acto edificante como es dar acceso público a un bien cultural subiéndolo a interne




Considere el caso donde la justicia evalúa como un delito penal, un acto edificante como es dar acceso público a un bien cultural subiéndolo a internet (de igual forma que donar un libro a una biblioteca para que todo el mundo lo lea, es algo edificante). Sin embargo, en vez de concentrarse en este hecho en sí, decide fijarse en un tercero cuyo grave crimen no fue subirlo, sino enlazarlo (como quien da un domicilio o un teléfono). Pero no resultando esta relación lo suficientemente elíptica, decide acusar al dueño del sitio donde se publicó dicho enlace, por el crimen de no vigilar lo suficiente al usuario, aun cuando esta vigilancia, además de imposible, no le corresponde. Llegada esa instancia, ¿ya no sería momento de meter preso al juez?
El 26 de abril, Día Mundial de la Propiedad Intelectual según la OMPI, el foro Taringa! llegaba a los 7.000.000 usuarios registrados. Sólo tres días más tarde, el 29 de abril, se confirmó el procesamiento de los titulares de sitio web donde se descargan archivos sin autorización del autor. Los verdugos culturales en este caso, estan encabezados por un viejo conocido de este blog: La Cámara Argentina del Libro. También las editoriales Astrea, La Ley, Rubinsal y Asociados, Ediciones de la Flor S.R.L., Ediciones La Rocca S.R.L., Editorial Universidad S.R.L., Gradi S.A., que según el comunicado de T!, son quienes iniciaron la demanda. Editoriales, no autores, porque como todo el mundo sabe los autores no ganan dinero con el derecho de autor (y por si faltara algo, son las editoriales donde publican los jueces).
El caso Taringa, parece resumir en una sola causa, la suma del bochorno definitivo de las actuales leyes sobre copyright y las interpretaciones legales extravagantes, con el único fin de convertir en delitos prácticas sociales que el sentido común (si aplicamos el sentido común, claro) nos dice que no se trata de faltas, sino acciones beneficiosas para la sociedad en su conjunto: compartir cultura, compartir recursos e información a traves de enlaces, respetar los derechos de los usuarios no censurando arbitrariamente sus artículos (los usuarios son creadores, y los creadores son usuarios), o ganar dinero respentando el marco legal.
Aún si consideramos...
¿Por que es un bochorno?, muy simple:
Aún si consideramos que está bien que compartir en internet deba ser un crimen (eso es lo que nos dice actualmente la nefasta ley Noble 11.723, que al criminalizar la copia o difusión sin excepción, convierte en delitos prácticas sociales establecidas desde siempre, como prestar un libro o disco), Taringa no es culpable de compartir, porque Taringa no aloja material sujeto a derechos intelectuales de terceros en sus servidores. Solamente se han encontrado enlaces a otros sitios (generalmente servicios de descarga directa perfectamente legales, con dirección, responsables y personería jurídica, como Rapidshare, Megaupload, Mediafire etc., quienes sí alojan los archivos y permiten su descarga). El enlace es sólo una cadena alfanumérica con una dirección de una pagina web (la innovación fundamental que dio origen a la World Wide Web), que es el equivalente a un número telefónico o un domicilio en el mundo físico. Hay fallos en otros países que explican por qué enlazar no puede ser ilegal.
Ahora bien, aún si consideramos contra todo sentido común, que "enlazar es un crimen", ya que alegando una interpretación extravagante y forzada de la idea de "partícipe necesario" el fallo intenta criminalizar los enlaces, (para ser "participe necesario", hace falta probar la intención del imputado de querer participar de un delito, sino, Telefónica sería responsable cuando una banda decide coordinar su accionar delictivo usando su servicio de telefonía celular), pero Taringa tampoco es culpable de enlazar, porque el responsable de la publicación del abominable link, no es Taringa, sino un usuario de Taringa, que no es lo mismo. El usuario, que siguiendo el absurdo del "participe necesario", podria entrar en esa categoría en la medida que conoce el destino cuestionable del enlace que publica, es un caso diferente al servicio de publicación, que no puede, ni debe, supervisar o editar previamente esos contenidos. Esta no es una característica exótica y singular de Taringa: es la norma de todos los servicios de foros o blogs de internet. Sólo imaginemos el escándalo que significaría que Blogger, Twitter o Facebook debiesen "aprobar nuestro post" antes de publicar.
Por otro lado, de nuevo, Aun si consideramos la postura extrema de que el proveedor del servicio debe ser responsable de todo lo que publican sus usuarios (pensemos que pasaría con los clasificados de Clarín si así fuera), Taringa tampoco es culpable, porque Taringa tiene un sistema de denuncias automático, que le permite a cualquiera que se sienta afectado por un post, pedir su baja. Y lo mejor de todo (o lo peor, según de donde se lo mire) es que Taringa sí da de baja los contenidos cuestionados, es decir (por lo general) pone por encima los derechos de los denunciantes, sobre los derechos de quien publica, lo cual es arbitrario e injusto, pero es la única manera que tienen estos servicios (y muchos se abusan) de mantenerse a salvo de problemas legales. Las garantías que son sagradas en la prensa, pocas veces son tenidas en cuenta por los jueces, cuando se trata de Internet.
Pero sigamos, aún si consideramos que el fondo de la acusación está relacionado con el lucro que obtiene Taringa por su servicio a través de la publicidad, (y con este dedo es que muchos los señalan, tanto quienes consideran que compartir esta bien, como aquellos que creen que compartir esta mal) de nuevo: Taringa no aloja contenido, no escribe los enlaces y da de baja los post denunciados, mal que les pese a muchos, su actividad no incurre en ninguna ilegalidad, ni necesita sostenerse en ninguna excepción provista por la ausencia de lucro.
Si eres legal, eres legal
Desde la perspetiva de las leyes, no importan las consecuencias indirectas que provoca una determinada actividad lucrativa, en la medida que tal actividad sea legal. Hay matices y regulaciones, pero en esencia si esto no fuera así, los fabricantes de armas deberían ser condenados cada vez que se usa un arma para cometer un delito (que en la práctica, es cuando más se usan). Además mientras más armas se compran y producen, más se disparan, más gente muere, pero los fabricantes de armas, más beneficios obtienen. Lo mismo podría decirse en este caso: mientras más copian y comparten indebidamente los usuarios, más enlaces publican, más visitas recibe el sitio, más se beneficia Taringa. Pero aunque cometamos la monstruosidad de comparar la copia con el asesinato, para la justicia, el asesino es solamente quien jala del gatillo, y no quien fabrica o vende el arma. Si usted piensa que la "pirateria" es un delito que debe ser combatido (como el asesinato) ¿No es un piso mínimo de cordura, otorgarles a los dueños de Taringa, al menos las mismas garantías jurídicas para hacer sus negocios, que se le otorgan a los fabricantes de armas?. Sino, la discriminación se vuelve demasiado evidente...

lunes, 6 de junio de 2011

Excelente editorial de Eduardo Aliberti

OPINION

Sobre ellos y nosotros

Por Eduardo Aliverti

Están tirando a lo pavote, con lo último que les queda. Buena oportunidad, con el Día del Periodista al caer, para insistir con alguna mirada sobre los medios. También sobre algunos de nosotros, y sobre nosotros mismos. Vamos en primera persona, que en esta profesión casi nunca es recomendable por aquello de que el yoísmo hace más protagonista al quién que al qué. Y vamos sin eludir conceptos apasionados, tampoco aconsejables por aquello de que, aunque autonomía no significa neutralidad, el examen periodístico debe guardar ciertas distancias con los hechos analizados. Está bien que así sea, porque, si un periodista no puede controlar sus ardores, pierde serenidad. Pero a veces, muy pocas veces, no es que no se puede. No se debe.

Hace una semana se decía aquí que sólo les quedaba aferrarse de una Sarlo en 6-7-8 o de un Schoklender-Madres. Lo primero ya se va extinguiendo de modo inexorable, como corresponde a un mero debate televisivo. En lo segundo y ante todo, el orden de los factores altera el producto. Como ya fue dicho, no van por Schoklender. Van por las Madres, porque ir contra ellas es apuntar esos pocos cartuchos disponibles al quiebre de un espinazo gubernamental: la política de derechos humanos, su recueste en los organismos del área, su reivindicación de una lucha clave para que ésta no sea una democracia vacía de contenido real. Hasta la semana pasada, las denuncias sobre Schoklender no parecían tener mayor asidero. Ahora sí. Y fue muy conveniente que ayer Hebe diera su explicación puntual de los hechos. El jueves, en la Plaza, había brindado una respuesta política, con la que se puede estar de acuerdo sin perjuicio de algún exabrupto innecesario. En efecto, y no sólo por el cotejo contra lo que se juega en esta etapa electoral, sino también respecto de cómo caracterizar la marcha general de las cosas, el episodio ocupante es, estructuralmente, una pelotudez. ¿Qué se supone? ¿Que la trayectoria épica de las Madres ingresa a la duda porque un tipo oscuro u oscurecido hizo o habría hecho de las suyas? Pero mucho más que eso, aunque pueda señalárselo como un razonamiento ad hominem en tanto, antes que argumentar con solidez, pretendería atacar al adversario por su sola condición de tal: ¿con cuál autoridad de antecedentes se erigen en moralistas quienes usan a Schoklender para tirar abajo lo que no pueden derrumbar? ¿Así que los compinches del robo de la Argentina se escandalizan por metidas de mano antes que de pata? ¿Así que silenciadores y cómplices de apropiación de bebés vienen a ensuciar a las Madres? De todas maneras y así sea que esta tenida va registrando algunos tiros para el lado de la justicia, no deben dejarse flancos. Cualquier analista, consultor, politólogo, advierte hace rato que los riesgos del Gobierno no están enfrente sino adentro. Enfrente, hoy, no hay nada, por lo menos electoralmente hablando (es dudoso que lo haya a través del corrimiento orgánico del radicalismo hacia la derecha). Pero esa no es sin más ni más una buena noticia para el kirchnerismo. Tal vez sea lo contrario, porque la nada invita a dormirse.

Hay esa gente cooptada por el discurso corporativo. Esa gente mimetizada con él hasta un punto en que asumen el “nosotros”. Podrá no justificarse pero se entiende, como forma de esquivarles el bulto a las angustias existenciales. Esa gente que llega a decir “estamos invirtiendo en”, como si en vez de empleado fuese accionista. Puesto eso en línea de medios periodísticos, hay esa gente necesitada de creer que forma parte de una cruzada republicana contra el autoritarismo gubernamental, el avasallamiento de las instituciones, los ataques a la prensa libre. O algo así. No hablamos de Morales Solá, naturalmente, que hace unos días fue capaz de animarse a reivindicar a Nora Cortiñas en su defensa de los tobas que acamparon en la 9 de Julio. Nora, una militante enorme, una intachable, un ejemplo en todo sentido, “usada” por el diario La Nación con tal de embarrar a Hebe a como diera lugar. Morales Solá es parte íntima de ellos, es núcleo duro de su bajada de línea, es cuadro de la derecha. Pero vos, Jorge, vos con quien compartimos tantos años, tanta utopía, tanta pelea en solitario contra viento y marea y, sobre todo, tanta seguridad de que si tocaban a las Madres nos tocaban a todos, a todos los como vos y como yo y como tantos, ¿qué te pasó, Jorge? ¿Qué te pasa? ¿Estás nervioso? ¿Qué hacés mendigando espacios en el territorio de ellos, para decir lo que les conviene contra lo que tanto tiempo soñamos juntos? ¿A vos te parece hacer eso? Entendeme: no hablo de que nunca se debe trabajar en campo contrario, y menos que menos en esta profesión. Y además, si fuera por eso yo no sería uno de los más indicados para decirlo. Pero si, encima de tener que resolver esa contradicción, te convertís en el vocero explícito de lo incompatible con lo que pensás, ya no es dialéctica, Jorge. Es servilismo. ¿O es que siempre pensaste como ellos y haber sostenido lo inverso fue de oportunismo transgresor? Vos edificaste sobre la transgresión, Jorge. Una transgresión progre, humanista, llamémosle de izquierda. Y la estás haciendo percha con una transgresión contrapuesta que ni siquiera es pícara, porque la cancha te la marcan ellos para que vos juegues con el extremo de ensuciar a las Madres. Nada menos que a las Madres. Fue espantoso verte el otro día en TN jugando precisamente a eso, con pasajes en los que tus interlocutores trataban de moderarte, digamos, con la advertencia de que las Madres, después de todo, podrían no ser iguales que el sujeto de marras. Que al día siguiente habría gente que iría a la Plaza para dejar claro que estaba con lo que las Madres significan, no con Schoklender. En TN casi para que te corran por izquierda, Jorge. Me duele, aun por esta única parrafada, estar entrado en el juego que querés: que te respondan para seguir reconquistando lugar. Resolví que no me importe.

Que quede bien clarito, porque ésta sigue siendo la batalla por la construcción de sentido. Y el sentido que ellos quieren construir no es, en su naturaleza profunda, la existencia de un corrupto metido dentro de las Madres. Necesitan fabricar que somos, todos, la misma mierda que ellos. No hay que dejar que siquiera lo intenten, porque además nos sobran los blasones para que no puedan ensayarlo. Habemos (muchos) quienes no nos quebramos, no nos vendimos, mantuvimos las palabras clave, nos miramos tranquilos al espejo, no verseamos nunca ser periodistas independientes. Como decía David Viñas en su cita de Aristóteles: el hombre es un animal político, y si se le quita lo político es simplemente un animal. No quieran jodernos con sus pretensiones de asepsia profesional. Si acaso fuera cierto que Hebe se equivocó feo dejando correr andanzas de un malandra, nadie dice que no deba decírselo. Sus declaraciones de estas horas echan buena luz para aclarar que le es posible haber sido víctima de una defraudación. Lo reconoce, le duele en el alma. Pero aunque no hubiera sido así, hay formas y formas de apuntarle. Porque decir no es lo mismo que vomitar. Porque casi todo lo que decimos o dejamos de decir es en un contexto. No hay los términos sueltos, salvo para quienes creen o quieren convencerse de que primero se es periodista y recién después el animal político.

Feliz día, mañana, para los que comprenden que es al revés.

FUENTE